miércoles, 25 de noviembre de 2009

Susanitas, háganse cargo!



Cualquier programa de recuperación, por ejemplo el de los 12 pasos de AA, comienza por admitir el problema, por asumirse. Constantemente veo gente incoherente: proclama ciertos valores y, paradójicamente, no actúa en consecuencia. Como Susanita. No se asume. Y si no se asume, persiste en el error. Ya se sabe: errar es humano... persistir en el error, estúpido.
Esta Susanita creció y se multiplicó: sus copias rondan hoy los 30, 40 o 50 años -aunque las hay más jóvenes, por supuesto-. Tristemente, siguen sin asumirse.
A esta altura, no queda más que decir que...
Háganse cargo!
Por Raúl Degrossi

Háganse cargo de su fascismo visceral, ese que ve en todo pobre a un delincuente, y en la represión, la solución mágica a todos los problemas de la sociedad.

Háganse cargo de esa lacra que arrastran , y no nos abollen más los oídos con la sanata del diálogo y el consenso, ya aprendimos que significan balas y palazos.

Háganse cargo de su golpismo, de su actitud antidemocrática y de su intolerancia hacia todo gobierno que no sea el que ustedes eligen o apoyan, y a veces ni eso, como pasó con De La Rúa, y no nos hinchen más las pelotas a todos con fingidas apelaciones a la república y las instituciones.

Háganse cargo de su moral doble, que tira los papeles al cesto de basura en Europa y llena el conurbano de residuos acá, y reclama servicios estatales de Suecia mientras paga impuestos de Namibia.

Háganse cargo y no jodan más con la corrupción de los gobernantes, actuales y pasados, como si ustedes fuesen ciudadanos ejemplares, y no usen más esa corrupción como un atajo para evadir, tener empleados en negro y sacar la guita del país hacia algún paraíso fiscal.

Háganse cargo de su fastidio con la democracia, y no suspiren más en público por la aparición de algún líder republicano de modales escandinavos, cuando en lo íntimo todavía lamentan que Videla esté preso, y sus camaradas de armas no sean un actor político protagónico.

Háganse cargo de su verdadero modo de pensar, no se disfracen como furiosos comentaristas anónimos en los diarios, mientras se pasean por reuniones sociales y programas de televisión como atildados demócratas preocupados por la transparencia y el futuro de las instituciones.

Háganse cargo, por una vez en su vida, de lo que son, de lo que piensan, de lo que hacen, de lo que votan, de lo que dicen y de lo que otros dicen y hacen en su nombre.

Háganse cargo de todo eso y no se pongan más en el papel de víctimas, de simples ciudadanos preocupados por la inseguridad, de personas sensibles con la pobreza o de almas bellas despojadas de todo afán de acumular bienes materiales y acongojadas por la falta de libertad de expresión.

Háganse cargo de que, en realidad, les importan un carajo la democracia, la república, la libertad de expresión, las instituciones, la voluntad popular, la pobreza, el clima de crispación y que se yo cuantas forradas más que repiten todo el tiempo.

Háganse cargo de llamar a las cosas por su nombre, y de que cada vez que digan “alguien” están diciendo los milicos, las embajadas, la patria financiera o los grupos económicos, y cuando dicen “algo” están diciendo reprimir, meter bala, golpear, tumbar al gobierno.

Por sobre todas las cosas, háganse cargo de no tomarnos más por pelotudos.

1 comentario: