domingo, 9 de enero de 2011

Correa dixit

Entrevista a Rafael Correa por Ignacio Ramonet. Fuente: Miradas al Sur.
(Entrevista completa).

• “Queremos que los banqueros dejen de controlar los medios”
–Su gobierno está proponiendo una ley sobre la propiedad de los medios de comunicación que aparece como una de las más avanzadas del mundo. ¿Qué resistencias está suscitando la adopción de esa ley?
–Bueno, no sé si usted se refiere a lo que dice la Constitución, que prohibió que grupos financieros posean medios de comunicación y justo el plazo se acababa en el mes de octubre de 2010. Yo, en agosto, anticipé: “¡Estén atentos! Se puede esperar cualquier cosa”. Porque quitarle al sector financiero los medios de comunicación es un cambio real en las relaciones de poder. Antes, en este país, ¿qué podía hacer usted contra la banca? Si la banca, de los siete canales nacionales de televisión, poseía cinco… Y los otros dos, los controlaba mediante la publicidad. O sea que si usted quería legislar sobre tasas de interés, tenía una campaña permanente de “atentado a la propiedad privada”, a “la iniciativa privada”, a “la libre empresa”; y los dos canales que no eran de la banca tenían que quedarse calladitos porque, si no, perdían publicidad. Era un poder enorme. Entonces ésta es una medida que cambia realmente las relaciones de poder en nuestro país. Ya lo anticipé: “¡Estén muy atentos! Porque esta gente va a internar cualquier cosa para evitar llegar a octubre y que tengan que entregar los medios de comunicación”. No me equivoqué. Probablemente [el intento de golpe de] el 30 de septiembre fue una cosa fundamentada en esto, con financiamiento de parte de banqueros corruptos, de representantes del sector financiero que no querían perder sus medios de comunicación.
Pero les falló el golpe, y en octubre tuvieron que entregar los medios de comunicación. Estamos revisando algunas transacciones aparentemente ficticias que se han hecho, cambio de propiedad pero formal, los mismos banqueros quieren seguir manejando esos medios. Entonces es un golpe durísimo a favor del cambio de las relaciones de poder en función de las grandes mayorías. Y, por otra parte, en efecto, se está discutiendo una ley en la Asamblea Nacional, una ley muy avanzada para que la ciudadanía controle los excesos de cierta prensa. Pero no se imagina el ataque que ha recibido esa ley, la campaña tal vez más grande de este país, páginas enteras en los periódicos, todo coordinado, todos los periódicos con páginas enteras diciendo “más respeto”, “nuestra libertad está en juego”.
–¿Cómo explica usted que América latina sea hoy la región del mundo dónde más experiencias progresistas se están llevando a cabo?
–Coincidencias muy felices, ¿no? Y abusos en la falta de límites de la burguesía. Nos explotaron demasiado. O sea con el neoliberalismo, y después con el señor [George W.] Bush. Por ejemplo, los bancos centrales autónomos. ¿Qué eran los bancos centrales autónomos? Independientemente de quién llegase al poder, seguían haciendo la misma política monetaria. Eran autónomos de nuestra democracia, de nuestros pueblos, pero bien dependiente de la burocracia internacional. Entonces [ese sistema] estaba hecho para que nada cambie. Además del fracaso económico, social, democrático de estas décadas de la larga noche neoliberal.
América latina perdió hasta la dignidad, la autoestima, a nadie le sorprendía que viniese un burócrata del FMI a decirnos qué hacer, a revisarnos las cuentas. Ahora, baja un burócrata del avión y por el mismo avión se va de regreso. Yo nunca olvidaré –y esto me clarificó mucho las cosas, como lo acabo de decir en la Cumbre Iberoamericana–, cuando fui a acompañar a Cristina [Fernández] frente al féretro de Néstor Kirchner, pasaban decenas de miles de argentinos, sobre todo jóvenes, y nadie decía: “Gracias Néstor por haber aumentado las reservas monetarias”, o “Gracias Néstor por haber reducido el riesgo país”, decían: “Gracias Néstor por habernos devuelto la dignidad”. O sea América latina prefiere el riesgo de ser libre a la nefasta solvencia de los serviles.

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